martes, 1 de abril de 2014

"Cómo conocí a mi segundo plato".

Anoche How I Met Your Mother llegó a su fin tras 9 temporadas. 9 temporadas cargadas de risas, momentos entrañables, alguna lágrima y muchas lecciones. Con sus más y sus menos, como todas las series, era una de mis favoritas. No me esperaba un gran final, no quería nada impactante, simplemente quería algo bonito y que me dejase un buen recuerdo del grupo de amigos del MacLaren's Pub. Quería algo como lo que vi en Friends o en The Office, reírme, soltar un par de lágrimas en medio del episodio y deshidratarme al final pensando en cuánto iba a echarles de menos.


Lo estaban consiguiendo. No estaban siendo los dos mejores episodios de la serie, pero tampoco los peores. Sin más. Risa por aquí, lagrimilla por allá... Hubo cosas que dolieron, como el divorcio de Robin y Barney, que hacia presagiar que algo raro iba pasar al final pero algunos nos repetimos una y otra vez que eran imaginaciones nuestras, Robin separándose del grupo o la enfermedad de la madre. Dolía, sí. Pero yo siempre me tomé la serie como la historia de cinco amigos, que aunque ficción, estaba llena de cosas del día a día, de la vida, y eso, nos guste o no, son cosas que pasan. Malas rachas que te alejan de gente a la que quieres o enfermedades que se llevan a un ser querido.
Se acercaba el final. Por fin, después de 9 temporadas, Ted acababa de conocer a la madre de sus hijos. Resguardada bajo el famoso paraguas amarillo estaba la mujer de la que habíamos oído hablar durante 9 temporadas, la mujer de su vida. Aunque nosotros ya habíamos tenido la suerte de disfrutar de su adorabilidad durante toda esta última temporada (Cristin Milioti, qué bonita eres), Mosby intercambiaba con ella sus primeras palabras. Y... FIN. O eso me hubiese gustado a mí. No hubiese sido nada grande, porque no fue una conversación profunda y relevante pero era lo que habíamos estado esperando ver durante 9 temporadas: Cómo Ted conocía a la madre de sus hijos.
Los guionistas no pensaban como yo y vieron necesario seguir escribiendo y a partir de aquí todo duele mucho. La niña Mosby no se cree que su padre les haya tenido tanto tiempo sentados en el sofá para contarles cómo conoció a su madre cuando, cito, "mamá a penas está en la historia, esta es la historia de cómo estás enamorado de la tía Robin". Así que le dice que lo mejor es que la llame y tenga una cita con ella porque "mamá se fue hace ya seis años, ya es hora". Entonces va Ted y se presenta debajo de la ventana de Robin con la tuba azul, mientras Robin lo mira emocionada desde la ventaba con sus perros. Ahora sí, FIN.

Felicidades, os acabáis de cargar 9 años en TRES minutos. Me ha dolido en el alma que en tres minutos hayan hecho que la madre pase de ser el amor de la vida de Ted a su segundo plato. Parece que ella no estaba mal pero que Robin siempre estuvo mejor. Desde el principio se sabía que Ted nunca había superado del todo lo de Robin, no importaba cuántas novias hubiesen venido después, pero se suponía que una vez aparecida la madre el resto de mujeres se quedaban en nada, incluída Robin. Porque todo esto no hubiese tenido sentido si Tracy no hubiese sido de verdad el amor de su vida. De no haber sido así ¿por qué de la noche a la mañana cambió de opinión y decidió quedarse en Nueva York en vez de ir a Chicago? Pero en algo menos de 180 segundos hacen que nada de eso importe. Parecía que ella había sido una más de tantas con quien la cosa había ido algo más lejos, una boda y dos hijos.
Se han cargado a Ted en 3 minutos. No le he reconocido. No quiero decir que 6 años después de la muerte de su mujer tenga que estar encerrado en casa y vivir con el luto para siempre, por supuesto que no. Ted, el de siempre, se merecía ser feliz. Aunque después de la muerte del amor de su vida, me parecería difícil que llegase jamás a serlo plenamente. Pero daba igual, porque después del consentimiento de sus hijos, entusiasmados con la idea de tener a la tía Robin como ¿madrastra?, parecía que todo podía ser como antes. Y no. Parecía estar diciendo "voy a irme con quien tenía que haberme ido en primer lugar y no pude". Ese no es Ted. Al menos, no el que llevaban enseñándonos 9 temporadas. En un momento pasa de ser el tío más romántico y bonico del mundo a ser uno más.
Por último, decir que todo esto me ha parecido totalmente injusto para la Madre. He sentido como si la hubiesen estado usando todo este tiempo. Llevan 9 temporadas hablando de que es el amor de la vida de Ted, esta temporada hemos visto en numerosos "flashforward" lo bien que les va en el futuro, pero de repente, resulta que Ted nunca ha superado lo de Robin, ni siquiera después de conocerla a ella. Pues no, señores, no. Eso no es lo que lleváis enseñándonos 9 temporadas.


Ahora bien, no quiero decir que Ted no la quisiera. Quedó demostrado a lo largo de toda la serie que lo hacía con toda su alma. Por eso no entiendo nada. No sé por qué de repente ha pasado de ser el amor de su vida a ser su segundo plato. Como reza el título de la entrada, bien podían cambiarle el título a la serie.
Me gustaría que esos tres últimos minutos no empañasen el resto de la serie pero lo han reventado todo de tal manera que me parece imposible.



(Las fotos bonitas no las he hecho yo, las he robado de Tumblr. Crédito para la gente que sabe manejar Photoshop. La foto de la tuba azul tachada es mi foto favorita a partir de ahora, gracias).